En los dos últimos capítulos hemos efectuado un primer análisis de los sucesos de Leganés. Tendremos tiempo de profundizar en aquellos sucesos, pero antes conviene detenerse y efectuar una recapitulación. En concreto, vamos a examinar la secuencia temporal que va desde los atentados del 11-M hasta el supuesto suicidio de los responsables el 3 de abril. Veremos, al enumerar aquellos hechos, que nada tiene ningún sentido, a menos que de lo que estemos hablando sea de un intento deliberado de permitir que esos supuestos suicidas se concentraran en aquel piso que sería su tumba.
Preguntas sin respuesta
Repasemos brevemente los hechos.
¿Por qué se interrumpen las escuchas a El Chino? El 11 de marzo se producen los atentados terroristas y al día siguiente se ordena que se interrumpan las escuchas telefónicas al teléfono de Jamal Ahmidan, El Chino, y de Otman El Gnaoui, dos de los supuestos transportistas de explosivos. Simultáneamente, se pone en marcha una frenética búsqueda de los responsables de la masacre, entre los cuales se encuentran precisamente esos dos individuos. La versión oficial no explica cuáles son los motivos de que se ordenara interrumpir esas escuchas precisamente el 12 de marzo.
¿Por qué se busca una casa en Morata cuya existencia se tenía forzosamente que conocer? Los datos de llamadas de los teléfonos vinculados a la mochila de Vallecas permiten determinar inmediatamente que hay una serie de 7 teléfonos que se han activado en las inmediaciones de la casa de Morata de Tajuña el 10 de marzo, con lo que la Policía (según la versión oficial) comienza a buscar esa casa donde presuntamente se han montado las bombas y que estaba alquilada, precisamente, por Jamal Ahmidan. La versión oficial no explica cómo es posible que la Policía se dedicara a buscar una casa cuya localización tenía que conocer perfectamente, ya que pertenecía a un islamista radical que estaba en la cárcel desde hacía dos años (Mohamed Needl Acaid, condenado en el juicio contra la célula de Al Qaeda dirigida por Abu Dahdah).
¿Por qué no se entra en la casa de Morata hasta el 26 de marzo? Vamos a suponer que las Fuerzas de Seguridad no tuvieran conocimiento de que en Morata de Tajuña existía una casa perteneciente a un islamista radical que estaba en prisión. Aún aceptando eso, vemos en el sumario que Jamal Ahmidan continúa haciendo su vida normal, llegando incluso a celebrar el Día del Padre en Morata de Tajuña con su familia. La Policía sólo entra en esa casa de Morata el 26 de marzo, cuando sus ocupantes ya la han abandonado. ¿Por qué la Policía dilata hasta el 26 de marzo la entrada en esa casa? En el sumario constan dos datos que permiten afirmar que la Policía tenía constancia de la localización de esa casa por lo menos una semana antes del 26 de marzo.
El primero de esos datos son las declaraciones de dos marroquíes a quienes la Policía intercepta en las proximidades de la casa (en la carretera de Morata a Titulcia) y a quienes interroga en la tarde del 17 de marzo. El segundo de los datos es más explícito: en su declaración del 4/6/2004 ante el juez, Emilio Suárez Trashorras cuenta cómo le detienen el 18 de marzo, cómo le llevan a Madrid y cómo, una vez allí, la Policía le hace conducirles a la casa de Morata, contando incluso con apoyo de un helicóptero para facilitar la localización. Suárez Trashorras cuenta cómo se perdió al llevar a la Policía a la casa, lo que le obligó a llamar a su mujer desde el propio teléfono de uno de los policías, para que le diera unas indicaciones de cómo llegar.
Entonces, si Suárez Trashorras llevó a la Policía hasta la casa, ¿por qué no se irrumpe en esa casa el propio 19 de marzo, lo que hubiera permitido detener a Jamal Ahmidan en plena fiesta familiar?
¿Por qué no se interroga inmediatamente a quienes habían alquilado la casa a Jamal Ahmidan? A pesar de saber desde el 26 de marzo (según la propia versión oficial) a quién pertenecía la casa de Morata, se retrasa hasta el 28 de marzo la toma de declaración de la dueña (que es la mujer de ese islamista radical que estaba en prisión) y de los dos intermediarios sirios que habían participado en el alquiler de la casa, y no se solicita hasta el 30 de marzo el registro de los domicilios de esos dos intermediarios. El lector recordará, de uno de los anteriores capítulos, que en uno de esos registros se produce una quema de papeles antes de la entrada de la Policía.
¿Por qué se retrasa el registro del piso de El Tunecino? En el alquiler de la casa de Morata, además de los dos sirios, participó también otro de los suicidas de Leganés: Serhane Farket, El Tunecino. El casero de El Tunecino ya había denunciado que éste se había ido de su casa situada en la C/ Francisco Remiro. La Policía toma declaración al casero el 26 de marzo y, sin embargo, no solicita mandamiento de registro del piso de El Tunecino hasta el 5 de abril, después de que hubiera explotado el piso de Leganés.
Al contemplar ese extraño cúmulo de retrasos, perfectamente documentados en el sumario, no se puede evitar la sensación de que alguien estaba intentado ganar tiempo, ¿verdad?
Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad
¿Tiene Vd. hijos en edad adolescente? En ese caso, posiblemente se haya hecho más de una vez la pregunta, un sábado por la noche, de dónde está su hijo, que hubiera debido llegar a casa hace un par de horas. Usted no quiere llamarle a su móvil, para que no le llame pesado, pero daría su mano derecha por saber dónde se encuentra; no porque no se fíe de su hijo, sino porque tiene miedo de lo que le pueda pasar.
Pues esa posibilidad existe desde hace mucho tiempo. Las operadoras telefónicas pueden localizar, gracias a un procedimiento de triangulación y con una precisión que depende del número de torres de telefonía existentes en cada área, dónde se encuentra cualquier usuario de teléfono móvil. Y precisamente porque existe una necesidad de mercado, ofrecen ese servicio a sus clientes. No hay más que entrar, por ejemplo, en la página de Movistar donde se describe el servicio "Localízame" y contratarlo; a partir de ese momento, podrá Vd. saber dónde se encuentra cualquier teléfono de su propiedad, con una precisión de unos pocos cientos de metros dentro de una gran ciudad. Localizar dónde se encuentra un determinado teléfono cuesta, con este tipo de servicio, unos 30 céntimos de euro.
Esa tecnología de localización no sólo sirve para mejorar la seguridad de los adolescentes: también vale para poder localizar a personas mayores con problemas de demencia senil, para poder controlar flotas de vehículos o equipos de repartidores en las empresas, para que nuestra familia sepa dónde estamos nosotros en cualquier momento... o para que las fuerzas policiales localicen geográficamente un teléfono sospechoso.
La Policía conocía, mucho antes de la explosión del piso de Leganés, varios de los teléfonos usados por quienes luego se suicidarían; por ejemplo, hay un teléfono (el 645658495) que juega un papel fundamental a la hora de localizar el piso de Leganés, como luego veremos. Sin embargo, en el sumario no consta ni una sola petición de localización utilizando este procedimiento que las operadoras telefónicas ponen a disposición de cualquiera. ¿Quiere eso decir que la Policía no utilizó esa técnica a la que cualquiera tenemos acceso? ¿No hubiera permitido esa información de posicionamiento conocer dónde se encontraban los diversos sospechosos y haber evitado la explosión del piso de Leganés? ¿Qué información de posicionamiento obtuvo la Policía entre el 11 de marzo y el 3 de abril y con respecto a qué teléfonos?
¿Cómo llegó la Policía al piso de Leganés?
Llegamos con esto a la pregunta fundamental, la de cómo pudo la Policía localizar ese piso que acabaría estallando. Según el sumario, a las 18:45 del sábado 3 de abril se recibe una llamada en el Centro Nacional de Comunicación de la Policía informando de que se ha producido un tiroteo en las proximidades de la estación de Zarzaquemada (en Leganés) entre fuerzas de seguridad e individuos de origen árabe, dándose estos últimos a la fuga en un vehículo Renault Megane matrícula J-2106-AC y refugiándose en un piso de la C/ Carmen Martín Gaite. Ante la posibilidad de que esos individuos tuvieran armas, explosivos o rehenes, se monta un dispositivo policial, incluidos helicópteros de apoyo, avisándose al GEO, cuyos miembros llegan al lugar a las 19:45.
En otras palabras: la Policía descubre el piso de la C/ Carmen Martín Gaite de Leganés porque localiza a unos sospechosos en un vehículo con matrícula de Jaén y porque, después de un tiroteo, esos sospechosos se dan a la fuga y se refugian en el piso. Parece que está claro, ¿verdad?
Pues desgraciadamente no tanto, porque esa versión no coincide para nada con lo que sabemos sobre los hechos de Leganés. Las primeras unidades policiales llegan al piso poco después de las dos de la tarde de aquel sábado 3 de abril, con lo cual difícilmente pudo localizarse el piso gracias a un tiroteo producido después de esa hora.
De hecho, si seguimos leyendo el sumario nos encontramos con que la Policía ya había solicitado al juez de guardia una orden de registro a las 17:10 de ese mismo día para el piso de Leganés. En la justificación de esa petición de registro, la Policía afirma que una de las tarjetas relacionadas con la de la mochila de Vallecas había estado en comunicación con el número telefónico 645658495, por lo que con fecha 2 de abril (el día anterior a la explosión del piso) solicitó la intervención de dicho número telefónico y el día 3 tuvo conocimiento de que el usuario de dicho teléfono residía en el piso de Leganés. Por eso se pedía la orden de registro.
Resulta un poco desconcertante, porque lo que la Policía nos dice en este segundo documento es que se llega al piso no porque hubiera ningún tiroteo, sino siguiendo el rastro de las tarjetas telefónicas de los presuntos implicados. Pero entonces, ¿por qué en el primer documento se menciona ese tiroteo en Zarzaquemada con los ocupantes de un vehículo?
Tercer documento: en otro informe elaborado por la Comisaría General de Información tras la explosión del piso de Leganés se nos cuenta con más detalle la segunda versión. Afirma el documento que la Policía llegó al número 645658495 analizando los contactos de las tarjetas relacionadas con la mochila de Vallecas y que, al analizar las llamadas del número 645658495, se detectó un teléfono que correspondía a una inmobiliaria. El día 3 de abril, en torno a las 13:00, la Policía habla con el empleado de esa inmobiliaria y averigua que unos magrebíes habían alquilado un piso en la C/ Carmen Martín Gaite el 8 de marzo. A las 14:15 se presentaron los funcionarios policiales en el piso, comprobando que estaba habitado. Los funcionarios bajaron a la calle y poco después vieron salir a una persona (Abdelmahid Bouchar) que iba a tirar la basura; según el informe, al percatarse de la presencia policial, esa persona se dio a la fuga y no pudo ser capturado a pesar de ser perseguido "tanto a pie como en vehículo".
Bueno, esto explica cómo llegó la Policía al piso a partir del número de teléfono 645658495. Pero la explicación, lejos de disipar nuestras dudas, lo que hace es acrecentarlas, por tres motivos distintos:
1. En primer lugar, la historia de la fuga de un presunto terrorista a la carrera resulta bastante extraña. Dice el informe policial que el terrorista fue perseguido "tanto a pie como en vehículo". ¿Corría ese terrorista más que los vehículos policiales? ¿A nadie se le ocurrió darle el alto y usar las armas reglamentarias?
2. En segundo lugar, si la Policía llegó al piso de Leganés gracias al teléfono 645658495, ¿por qué se tarda tanto en llegar al piso? En el sumario consta que la Policía sabía de la importancia de ese teléfono desde al menos el 20 de marzo, porque de esa fecha es la declaración de un testigo al que la Policía pregunta por ese teléfono. Entonces, ¿por qué no se solicita al juez la intervención de ese teléfono hasta el 2 de abril? Y, sobre todo, ¿por qué no se solicita a la operadora telefónica los datos de posicionamiento del usuario de ese teléfono?
3. Finalmente, esta versión sigue sin explicar qué pasa con ese vehículo que se dio a la fuga después de un tiroteo con la Policía. ¿Hubo o no hubo un tiroteo previo a la llegada de la Policía al piso? ¿Por qué recoge el sumario dos versiones distintas de la forma en que se llega al piso?
Esta es, precisamente, la pregunta que terminaría haciéndose el juez Del Olmo un año después de la masacre, al tratar de ordenar los distintos cabos sueltos del caso. El día 16 de marzo de 2005, Del Olmo solicitaba a la Policía, entre otras cosas, que le aclarara si había habido o no tiroteo antes de la llegada al piso.
La Comisaría General de Información de la Policía respondió al juez Del Olmo mediante un escrito de fecha 6 de abril de 2005, pero el escrito era tan vago e impreciso que Del Olmo volvió a solicitar, en sendos oficios de fecha 5 y 9 de mayo de 2005, que se clarificara el tema y que se le remitieran las correspondientes grabaciones que pudieran existir del centro de control de la Policía donde constara el asunto del tiroteo con los árabes del coche, con el fin de verificar quién había hablado de ese presunto tiroteo y qué información había proporcionado.
La Policía respondió unos días después, el 20 de mayo, a esa petición de entrega de las cintas efectuada por el juez Del Olmo. Estoy seguro de que el lector se imagina ya cuál fue la respuesta:
"Dando cumplimiento a lo solicitado por ese Juzgado... respecto a los hechos ocurridos en la localidad de Leganés los días 3 y 4 de abril del pasado año, se participa que, dado el tiempo transcurrido, ya no se conservan las cintas de grabación de dicho suceso."
¡Qué cosas pide el juez Del Olmo! ¿Acaso a alguien sensato puede pasársele por la cabeza guardar todo un año unas cintas del Centro de Control de la Policía relativas a la mayor masacre terrorista sufrida por nuestro país? ¡De ninguna manera! ¡Con lo caro que está el material fungible!
El día 14 de marzo de 2004, unas elecciones generales dieron el triunfo a José Luis Rodríguez Zapatero, un día después de que los manifestantes se concentraran ante las sedes del PP al grito de "¡Queremos saber!". Pues bien, ¿sería mucho pedir que el Gobierno nos informara de qué otros datos relativos al 11-M han sido destruidos? Más que nada, por saber.
En el próximo capítulo: Déjà vu